La toma de decisiones puede representar un proceso complejo tanto en un ámbito personal, profesional o de negocios. Esto implica, identificar o definir un problema, recopilar datos y generar alternativas de solución para resolverlo. En el caso de las empresas, con base en su estrategia u objetivos, valores y otros, se puede determinar hacia dónde tomar el curso de acción. Por supuesto, existen otros factores que influyen como la propia subjetividad de los directivos; están los más arriesgados, o por el contrario, los más conservadores y precavidos. En cualquiera de los casos, existen herramientas que ayudan a tomar mejores decisiones basadas en evidencias como son, los datos.
Los datos que en inglés se conoce como Data son esas expresiones o representaciones simbólicas de un atributo, describen sucesos o entidades y son generalmente interpretados por un ordenador. Aunque se definen como la parte mínima de la información, considerado como la unidad básica de la economía digital, su importancia radica en realidad en cómo funcionan en conjunto, ya que a partir de ellos se puede obtener una interpretación.
En este contexto, se encuentra el concepto de Inteligencia de Negocios que se refiere precisamente al uso de datos en una empresa para facilitar la toma de decisiones. Lo anterior, entendido de manera simple. Sin embargo, involucra todo un conjunto de estrategias, aplicaciones, datos, productos y tecnologías enfocados a la administración y creación de conocimiento sobre el medio, a través de los datos existentes en una organización o empresa.
Antecedentes y Funciones
La inteligencia de negocios surgió en el año 1960 y para los años 80s evolucionó a lo que se conoce hoy en día. En primera instancia, el Sistema de Soporte a las Decisiones DSS, por sus siglas en inglés Decision Support System, como su nombre lo indica son sistemas de información ejecutiva que proporcionan información y soporte para tomar una decisión. Se trata solamente de apoyos, para generar alternativas, evaluar y comparar para así llegar a una determinación.
Este tipo de sistemas han evolucionado hasta llegar hoy en día a nuevas aplicaciones analíticas basadas en la web. En análisis empresarial, se encargan de analizar las diferentes variables de negocio para apoyar el proceso de toma de decisiones a nivel directivo. La principal diferencia de la inteligencia de negocios tradicional a la moderna, es que ésta última es interactiva y accesible.
Entre sus funciones están las de extraer y manipular información de manera flexible, ayudar en decisiones no estructuradas, permitir a usuarios definir interactivamente qué información necesitan y cómo combinarla, incluir herramientas de simulación y modelización, así como combinar información de sistemas transaccionales internos de la empresa con los de otra empresa externa.
Debido a su naturaleza, otro de los usos de la inteligencia de negocios, es ayudar a la planificación de procesos. En realidad, se trata de una comprensión del mercado para definir la dirección que debe tomar la empresa, por lo que está vinculado a la toma de decisiones. Se trata entonces, de una anticipación con base en una visión amplia de los datos.