El transporte de carga es una actividad esencial y pilar importante para la economía. Sin este medio, la mayoría de los productos no podrían ser trasladados a través del país: comida, bebida e incluso fármacos no podrían distribuirse de manera óptima.
De la misma manera en que el autotransporte de carga aporta a la movilidad de distintas áreas, asimismo se ve influenciado por estas; es decir, su influencia es también el rasgo que le vuelve un sector altamente delicado. Cualquier disminución en la demanda de productos afecta esta área, por lo que la más reciente crisis económica en nuestro país no fue la excepción.
En este artículo, nos adentraremos en las repercusiones que tuvo el Covid-19 en el sector de autotransporte de carga en México.
El autotransporte de carga ante las crisis económicas
Para hablar del impacto de una crisis económica en este sector, se debe tener en cuenta que no es la primera vez que esto sucede. Si bien a lo largo de los años el autotransporte de carga se ha visto influenciado de forma negativa por distintos factores, sus mayores caídas en cuanto a utilidades corresponden a las crisis económicas más graves que ha habido en México.
Crisis económica de 1993
Muchos recordarán la gran crisis que sobrevino en México cuando, en 1993, el país se enfrentó a una devaluación del peso. Esto como consecuencia de la mala administración económica durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Como resultado de esta situación, en 1995 el PIB del sector de autotransporte de carga presentó una caída del 9.2%. Pero, ¿por qué sucedió esto?
Este panorama puede atribuirse a la repentina reducción del capital exterior, lo que provocó que la demanda agregada disminuyera un 10.2% aquel año. Esto, en otras palabras, significa que la falta de dinero ocasionó que la población consumiera menos productos y servicios.
Crisis económica de 2008
En este año la situación no fue muy distinta a 1995. La crisis económica suscitada en varios países del mundo, sumada a la epidemia de influenza H1N1, trajo consigo una devaluación del peso mexicano del 26.18%.
Al tratarse de una crisis de talla mundial, las afectaciones de todos los países influyeron fuertemente en México. Quizá el aspecto más negativo fue el alza desmedida en los precios de materias primas alimenticias, metálicas y energéticas. Esto, evidentemente, provocó un aumento en los precios de producción de prácticamente todos los sectores de la economía mexicana.
Ante esto, la población ya no podía darse el lujo de consumir productos no esenciales. En consecuencia, el PIB del autotransporte de carga disminuyó un 13.2% aquel año.
Ahora que hemos visto la influencia de algunos aspectos de la economía sobre el transporte de carga, nos será más fácil apreciar las repercusiones que tuvo el Covid-19 en el sector.
El autotransporte de carga pre pandemia
En temporadas donde las condiciones económicas del país son favorables, el autotransporte de carga refleja cifras altas en cuanto a PIB. Esto se debe a que por este medio se mueven la mayoría de los productos de consumo regular, como lo son los alimentos, medicinas y combustible.
A pesar del impacto que han tenido las crisis económicas sobre el sector de transporte, éste ha visto un aumento en su PIB de 3.4% en promedio anual desde 1993, cifra aún mayor al promedio de 1.9% que aumenta el PIB nacional cada año.
La economía y la pandemia.
En México, la pandemia azotó con más fuerza alrededor de marzo de 2020. Esto trajo consigo un cese de actividades no esenciales en toda la república.
El autotransporte de carga, al ser el área encargada de la distribución de medicamentos y productos sanitarios por carretera, fue catalogada como actividad esencial y se permitió que continuara operaciones. A pesar de esto, la situación para los transportistas se volvió altamente precaria. Lugares como restaurantes y gasolineras, puntos importantes para el descanso y aseo de los conductores, fueron cerrados. Además, las medidas impuestas por los distintos estados y municipios, dificultaban o incluso impedían el paso a los camiones de carga.
Si bien lo anterior afectó duramente las actividades y, en consecuencia, la facturación del autotransporte de carga, no fue el único elemento que contribuyó a esto.
Un panorama desafortunado.
Una gran parte de las empresas de transporte de todos los tamaños depende del traslado de mercancías no esenciales, como lo son materiales para construcción, automotrices, industriales y electrónicos. Al momento de cerrar las constructoras, tiendas de artículos electrónicos, concesionarias y otras tiendas minoristas, disminuyó el ingreso de las empresas de transporte.
Ahora bien, existen dos elementos que propician la caída del PIB en el sector. Por un lado, está la ya mencionada disminución de la demanda en productos no esenciales. Por el otro, el aumento en el precio de insumos como combustible y refacciones, indispensables para las operaciones de transporte.
Según datos del INEGI, de cada 100 pesos de insumos utilizados para las actividades de transporte de carga, 58.7 corresponden a insumos nacionales, mientras que 41.3 son importados. Esto nos indica que los problemas económicos a nivel mundial tienen la capacidad de afectar directamente las utilidades del sector.
Otros gastos del autotransporte de carga en 2020 incluyeron el consumo de lubricantes, servicio de peaje, uso de infraestructura e instalaciones especializadas, alquiler del equipo, entre otros. Sumado, todo lo anterior provocó una baja rentabilidad en las operaciones de transporte.
Los números del autotransporte de carga post pandemia
La importancia del PIB del autotransporte de carga sobre el PIB nacional alcanzó un 3.3% en 2020, lo que remarca la importancia de este sector en la recuperación de la economía post pandemia.
A pesar de que el gobierno de México concentró esfuerzos en proteger la integridad de la cadena de suministro, el PIB del autotransporte de carga decayó 10.1%. Esto contribuyó al hecho de que el PIB nacional se redujera un 8.2% ese año.
No obstante la grave afectación que supuso la pandemia de 2020 sobre la economía mexicana, los últimos datos proporcionados por el INEGI muestran que el PIB del autotransporte de carga creció un 4.8% en 2022. Esto representa una recuperación de las consecuencias económicas del Covid-19 sobre el sector.
Cabe recalcar que las circunstancias para la producción siguen siendo retadoras: los costos de producción se mantienen elevados, sumado a la escasez de unidades y operadores; sin embargo, el PIB del sector ya supera en un 4.6% las cifras pre pandemia.
Indudablemente, el autotransporte de carga es muy fuerte; mientras siga existiendo demanda y los medios de transporte terrestre sean lo más rentable, seguirá creciendo. Nunca sabremos con exactitud los retos que se aproximan para la economía mundial, pero sabemos con certeza que este sector ha sabido recuperarse de todo lo que le ha atacado hasta ahora.
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