Un plan de continuidad de negocio es un conjunto de procesos, políticas y procedimientos diseñados para garantizar que una organización pueda continuar operando y brindando servicios durante y después de un evento disruptivo o una crisis. Estos eventos pueden ser desde desastres naturales —como terremotos o inundaciones—, hasta incidentes provocados por el hombre —como ciberataques o pandemias—.
Un ejemplo de esto son los recientes desastres provocados por huracanes en diferentes partes de México. Tratándose de un mal esperado, muchas empresas contaban con un correcto plan de continuidad de negocio. Esto les permitió reabrir sus instalaciones o continuar operando con normalidad.
Por el contrario, la pandemia por el COVID-19, en 2020, tomó a muchos por sorpresa. Algunas empresas no supieron actuar rápidamente y terminaron cerrando operaciones de forma permanente. Si bien en esto último influyen otros factores —como la demanda de productos o la economía nacional—, es innegable que un correcto plan de continuidad de negocio puede salvar a tu empresa ante una eventualidad.
¿Qué debe contener un plan de continuidad de negocio?
El objetivo principal de un plan de continuidad de negocio es minimizar el impacto negativo en las operaciones de la organización y en sus clientes, así como mitigar las pérdidas financieras y reputacionales. Algunos elementos clave que suelen incluir estos planes son:
- Análisis de riesgos: Identificación de posibles amenazas y evaluación de su impacto en las operaciones del negocio.
- Estrategias de mitigación: Desarrollo de estrategias para reducir o eliminar los riesgos identificados.
- Planes de respuesta: Procedimientos detallados que describen cómo responder a diferentes tipos de crisis, incluyendo la asignación de roles y responsabilidades.
- Planes de recuperación: Acciones para restaurar las operaciones normales lo más rápido posible después de un evento disruptivo. Esto incluye la recuperación de datos, restauración de sistemas y reconstrucción de instalaciones.
- Comunicación: Estrategias para comunicarse con empleados, clientes, proveedores, medios de comunicación y otras partes interesadas durante una crisis.
- Pruebas y entrenamiento: Realización de simulacros y ejercicios de entrenamiento para asegurarse de que el plan sea efectivo y que todos los involucrados sepan cómo actuar en caso de emergencia.
La previsión de eventos no es una ciencia exacta; en realidad, sería imposible prever todos los posibles escenarios. Por lo menos, tratar de anticipar cada eventualidad consumiría una enorme cantidad de tiempo que se percibirá como desperdiciada. ¿Por qué? Porque quizá los eventos que imaginaste no sucedan jamás.
Dado lo anterior, al identificar posibles amenazas, debes iniciar con aquellas más probables y que afectarían con mayor fuerza a tu negocio. En México, por ejemplo, muchas instituciones no cuentan con planes de acción ante tornados –poco comunes en el país–, pero sí ante huracanes.
Eventos que pueden afectar la continuidad de tus operaciones
Ataques cibernéticos: Los ataques cibernéticos pueden interrumpir gravemente las operaciones comerciales al bloquear el acceso a sistemas críticos o comprometer la seguridad de los datos. Las empresas con planes de continuidad de negocio pueden responder restaurando sistemas desde copias de seguridad y comunicándose eficazmente con los clientes y otras partes interesadas.
Desastres naturales: Eventos como terremotos, huracanes, inundaciones e incendios forestales pueden causar daños significativos a la infraestructura física y afectar la capacidad de las empresas para operar. Se pueden tomar medidas como sitios de respaldo, sistemas de recuperación de desastres y protocolos de evacuación, para mitigar el impacto y recuperarse más rápidamente.
Conflictos políticos o sociales: Los disturbios civiles, las protestas y los conflictos políticos pueden crear condiciones inseguras o disruptivas para las empresas, especialmente aquellas con operaciones en áreas afectadas. Ante esto, se deben implementar medidas de seguridad adicionales, trasladar operaciones a ubicaciones más seguras o adaptar estrategias comerciales para gestionar el riesgo.
Fallas de infraestructura crítica: Las interrupciones en la infraestructura crítica –como las redes de energía eléctrica, las telecomunicaciones o el transporte– pueden afectar las operaciones comerciales de manera significativa. Las empresas pueden contar con sistemas de energía de respaldo, redundancia de redes y acuerdos con proveedores alternativos, para mantener la continuidad operativa en caso de fallas.
Estos son solo algunos ejemplos de las situaciones en las que las empresas han tenido que aplicar sus planes de continuidad de negocio para responder a crisis y eventos disruptivos. La preparación y la capacidad de respuesta efectiva son fundamentales para mitigar el impacto de tales eventos en las operaciones comerciales.
¿De dónde surge este concepto?
El concepto de “plan de continuidad de negocio” tiene sus raíces en la necesidad de las organizaciones de prepararse para enfrentar interrupciones en sus operaciones. Estas pueden deberse a un sinfín de amenazas.
A lo largo de la historia, las empresas han enfrentado desafíos como desastres naturales, conflictos políticos, guerras, incendios, entre otros eventos que pueden interrumpir sus actividades comerciales.
Sin embargo, el desarrollo formal de los planes de continuidad de negocio como los conocemos hoy en día se aceleró en la década de 1970 y 1980, especialmente en industrias como la banca y las finanzas, donde la interrupción de servicios podría tener graves consecuencias económicas y sociales. Durante este período, hubo un mayor reconocimiento de la importancia de planificar y prepararse para eventos que podrían interrumpir las operaciones comerciales, aunque no es posible nombrar con exactitud a una empresa como la primera en desarrollar un plan de continuidad de negocio.
A medida que avanzaba la tecnología, especialmente con la informatización de las operaciones comerciales en la década de 1990, surgieron nuevas amenazas, como ciberataques y fallos de sistemas, lo que aumentó la necesidad de planes de continuidad de negocio más sofisticados.
En los últimos años, eventos como el 11 de septiembre de 2001, los desastres naturales y las pandemias, han subrayado la importancia crítica de tener planes de continuidad de negocio sólidos y efectivos. Como resultado, muchas organizaciones han intensificado sus esfuerzos para desarrollar y mantener estos planes.
La capacidad de responder y recuperarse rápidamente de una interrupción es fundamental para la supervivencia a largo plazo.
La importancia de un plan de continuidad de negocio
Ahora lo sabes: un plan de continuidad de negocio podría ser tu salvavidas en un mundo inundado por la incertidumbre.
Recuerda siempre que no basta únicamente con pensar en posibles escenarios, sino que todos deben enfrentarse con seriedad. Pregúntate a ti mismo: ¿cómo afectaría esto a mi negocio?, ¿qué debería hacer entonces para evitarlo?
De esta manera, tu empresa podrá actuar de forma eficaz y evitar desgracias que quizá pudieron evitarse.
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